Llegados a este punto, se podría pensar que PayPal estaría en un hogar de jubilados para empresas tecnológicas tradicionales, tomando té y recordando los primeros años de la década de 2000. Pero en vez de eso está prosperando, como tu tío favorito que nunca aprendió a utilizar Instagram pero que, de alguna manera, sigue dirigiendo el chat de grupo familiar. 485x
Apple Pay es elegante. Las carteras de criptomonedas son, bueno, crípticas. Sin embargo, cuando llega la hora de comprar algo, millones de personas siguen pulsando el botoncito amarillo de PayPal. Siempre. Como la memoria muscular. Como la comida reconfortante. Como la energía de «no voy a correr riesgos con esta web rara».
Claro, Apple Pay parece futurista. Pulsa tu teléfono. Parpadea. Paga con un susurro. Pero ¿sabes qué? No todo el mundo vive en el ecosistema de Apple. No todo el mundo quiere vincular su cuenta bancaria real a una app de compras. Y una cantidad sorprendente de gente sigue sin confiar en Face ID para autorizar el gasto en pantalones digitales a las 3 de la madrugada.
¿Paypal? Funciona en cualquier dispositivo, y no le importa si tienes iOS, Android o un frigorífico inteligente. Es el adaptador universal de los pagos online: no necesita cable lightning.
Las carteras de criptomonedas prometían libertad, descentralización y una «revolución financiera». En vez de esto nos han traído las meme coins, las tarifas de gas y un montón de explicaciones sobre los formularios de impuestos.
Mientras tanto, PayPal sigue ahí, sin colapsar, sin fluctuar salvajemente y sin perder tu transacción porque una blockchain haya tenido un contratiempo. Haces clic en pagar. Pagas. Hecho. Sin minería. Sin tokens. Sin una curva de aprendizaje que parezca una misión secundaria de un RPG de ciencia ficción.
Vamos a hablar del control. Una de las características más subestimadas de PayPal son las tarjetas de regalo PayPal. No son llamativas. No exclaman ‘innovación fintech’. Pero son discretamente brillantes, sobre todo cuando solo quieres gastar de forma inteligente sin pasar por el aro.
Perfectas para cuando:
Puedes usar una tarjeta regalo PayPal para recargar tu saldo y mantener intactas tus cuentas reales. Presupuestar sin hojas de cálculo. Flexibilidad sin estrés.
En un mundo online repleto de checkouts dudosos y tiendas que parecen construidas en MS Paint, PayPal sigue siendo el distintivo de confianza. ¿Una web es desconocida, pero tiene una opción de PayPal? Probablemente todo está en orden.
Ese pequeño botón «Pagar con PayPal» sigue teniendo peso. Todavía dice: «Si esto se tuerce, no estás solo».
Apple Pay tiene estilo. Las criptomonedas tienen volatilidad. PayPal tiene recibos.
Entonces, sí, hay formas más nuevas, llamativas y «revolucionarias» de pagar online. Pero la mayoría de la gente no busca revolucionar su capacidad de comprar algo, sino seguir adelante con su vida.
Por eso PayPal sigue ganando: es aburrido de la mejor forma. Funciona. Protege. Está en todas partes.
¿Y si quieres la forma más fácil de cargar tu cuenta? Consigue una tarjeta regalo PayPal en mercados digitales como Eneba: rápida, segura y perfecta para mantener el control, incluso durante las compras impulsivas.
Porque a veces, la mejor solución tecnológica es la que simplemente… funciona.
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